domingo, 30 de octubre de 2011

Eh Gaga, te hemos pillado!

Twitter me ha recordado gracias a uno de sus Trending Topic que yo tenía que hacer una entrada de despotrique, que se están perdiendo las buenas costumbres. Ya no es TT, pero porque el mundo se ha vuelto loco, aunque de eso ya hace tiempo. Ahora está el Bieber. En fin, el hashtag en cuestión era 'GAGA IS OUR QUEEN', lo cual me ha recordado que tenía que dedicarle un post a la señorita. Esta gente no sólo no tiene suficiente con crear bases ultra comerciales con 3.000 capas inviables de tocar en directo, sino que a veces ni siquiera tienen la capacidad suficiente para crea su propia basura; se dedican a plagiar.

Muchos son los que han plagiado a lo largo de la historia. Algunos han sido honestos y aunque se hayan servido de inspiración en otras canciones, lo han avisado. Pero en la liga de las estrellas como en la que juega Lady Gaga, esto se lo pasan por el forro, la jugada está bastante clara: "me cojo una canción que no conozca nadie, la sampleo, la disimulo un poco y me barnizo de gloria". ERROR!!
Es lo que tiene esta mujer, que como se escucha en todos lados, alguien por huevos te tiene que pillar. De todas formas tampoco es que haya plagiado una obra maestra ni nada de eso. Pero es el hecho. La canción que se sustenta con la base copiada es Judas, aunque no sabemos a ciencia cierta (cosas de la religión) si el Tadeo o el Iscariote. Seguramente será el Tadeo, pero ni siqueira él merecía esta mierda. El vídeo peca (va de religión la cosa) de histriónico. Justamente como Lady Gaga, que no tuvo suficiente con limitarse a enseñar carnaza -al igual que sus compañeras marcatendencias- en la gala de los Grammy, sino que apareció por allí dentro en un huevo. Una pena no haber aprovechado la tesitura para enviar el huevo a Judea, seguro que la recibían con palmas y ramas de olivo... ¡¡¡SORPRESA!!!


En realidad la canción no plagia de una forma completa, sólo utiliza la base de la canción víctima de un modo parcial. Pero da igual, siempre está bien despotricar contra alguien tan despotricable como ella. Bueno, ahí va el tema, después de tanto ataque gratuito -pero justificado-. Se llama Boomwork y es de Sidney Roy. Tenéis que ponerla en spotify, porque es tan rebuscada que no está en otro sitio.

BASE PLAGIADA POR LOS QUE LE HACEN LA MÚSICA A LADY GAGA EN 5 MINUTOS

Y 111 millones de visitas tiene el sacro vídeo de Judas. Este es el mundo que nos deja (rellena con tu líder político favorito). Y no sólo sale Judas, también el tipo guay con ballesta de Walking Dead.

PD: He abierto huevos kinder con mejor sorpresa.





viernes, 28 de octubre de 2011

Death In Vegas - Trans-Love Energies, sublime viaje por el bosque

Como siempre en el injusto mundo de la música, hay gente que hace cosas muy interesantes y que al coincidir en el tiempo con gigantes del género, no se habla tanto de ellos. Estamos hablando de agrupaciones como la que nos ocupa hoy: Death In Vegas. Cuando debutaron tuvieron que pelear por hacerse un hueco con gente como los Chemical Brothers, que por aquél entonces estaban en pleno auge. También es cierto que entonces ellos practicaban un big beat mucho más potente que el de DIV. A lo largo de sus discos se han acercado estrechamente a muchas ramas, siendo siempre constante la electrónica. En mayor o menor medida, han coqueteado con el rock y la psicodelia y se han alejado acertadamente del big beat.

En su nuevo trabajo, Trans-Love Energies, nos dejan auténticas joyas sonoras, como acostumbran a hacer. Perdón, JOYAS. Sin exagerar. Hay momentos del disco en los que los pelos alcanzan su máximo erizamiento. El disco ya lo tenían hecho de hace pocos años, sólo tenían que remezclarlo, pero se lo dejaron para descansar. Y ahora han vuelto con esto; un disco notable en el que encontramos grandes matices electrónicos, buena ingeniería sonora y paisajes tanto hipnóticos como oscuros. Es muy difícil que deje indiferente a alguien. Por tener, tiene hasta algún drone. Hay momentos en los que se acercan al sonido de Solvent y por otros parecen absorbidos por una atmósfera a medio caballo entre Fuck Buttons y Spiritualized.
En realidad, no han hecho nada nuevo, simplemente seguir avanzando y experimentando con el amplio abanico de la electrónica. Lo que no quita que sumergirse en un disco de Death In Vegas siempre sea un placer y una excelente experiencia sonora. Conforme se han ido alejando del big beat han ido evolucionando y logrando una variedad a un alto nivel en sus últimos discos.

Como bien muestra la portada del disco, adentrarse en él es como adentrarse en un bosque desconocido, donde uno no sabe lo que se va a encontrar. Sólo naturaleza escondida. Eso es lo que se va abriendo con Silver Time Machine, un viaje por los sentidos. Continúa el trayecto por el bosque con Black Hole, uno de esos momentos Spiritualized de distorsión. Seguidamente nos topamos con ritmos hipnóticos y como el de Your Loft My Acid y esa voz que se difumina en nuestra mente, ideales para abrirla, como si de ácido se tratara. Después del momento de ácido llegan los colores de Medication, con una base kraftwerkiana y pequeños pinchazos de agujas digitales.

Arriba mencionábamos que el disco tenía alguna que otra joya. Una de ellas no es otra que Coum. Uno de esos regalos sonoros en los que la fantasmal voz es un ingrediente más al servicio de las capas de sonidos persistentes en la canción. Cuando parece que se va a acabar, en los últimos 40 segundos sale un rugido indescriptible del bosque en el que uno se había adentrado. El disco está repleto de entes del más allá, como el que nos visita en Witch Dance, la canción que sigue; tenebrosamente poderosa.
Realmente, la segunda mitad del disco es apoteósica. Después de Witch Dance, Death In Vegas nos vuelve a atacar con sonidos sintéticos a lo Solvent en Scissors. Y llegando al final de este genial trabajo encontarmos el primer drone, Drone Reich. Después, encaramos el final con los navajazos electrónicos de Lightning Bolt y por fin encontramos el final del bosque con el sonido armónico de Savage Love, que de repente se torna sobrecogedora. Una auténtica bestialidad que refleja la portada del disco. El Sol va apareciendo de entre los árboles hasta explotar.

Death In Vegas - Coum by FBi Radio

Death In Vegas - Your Loft My Acid by Posh Magazine

Probablemente su mejor álbum hasta la fecha. A partir del quinto tema y sin desmerecer lo que había anteriormente, el disco se torna una genialidad electrónica épica, oscura y colorida. Un auténtico viaje por los sentidos. Uno de los discos del año y un golpe en la mesa que pocos se esperarían, excepto sus seguidores, sabedores de la capacidad de Richard Fearless y Tim Holmes.

lunes, 24 de octubre de 2011

Crónica Lagartija Nick @Camelot, dile a Eric que no se cargue la batería

El sábado pasado tocaba una de esas dosis de rock que todos necesitamos de vez en cuando; rock directo y sin florituras. Y eso es lo que ofrecieron tres veteranos del panorama nacional como son Antonio Arias, Víctor Lapido y Eric Jiménez, o lo que es lo mismo; Lagartija Nick, uno de esos supervivientes del rock español de los 90.

Si por algo se ha desmarcado este grupo del resto de compañeros de Granada ha sido por experimentar a lo largo de los años con un rock menos ortodoxo o fácil de escuchar para los amigos de lo alternativo. Desde la vertiente flamenca a la industrial, siempre han salido bien parados. Con su nuevo trabajo Zona de Conflicto, han perdido a Lorena Enjuto, bajista del grupo y ex-pareja de Antonio. No obstante han recuperado a Eric Jiménez, lo que en cierta medida les ha ayudado a mantener el listón. Con este disco marcado por la separación de Antonio, el álbum tiene un toque más gris, pero igualmente sobrio, del que pudimos disfrutar en directo, además de temas que rescataron del cajón de sus trabajos más antiguos.

Como no podía ser de otra forma, empezaron el concierto con repertorio de su último trabajo, Crimen, sabotaje y creación y Mi Vida Anterior compaginadas con reliquias pertenecientes a Hipnosis, representado con Tan Raro, Tan Extraño, Tan Difícil y Ahora... Mientras íbamos calentando motores, se podía apreciar la bestia que es Eric Jiménez en la batería. La última vez que vinieron a Elche no estaba y esta vez se notó bastante. Él marcaba el compás de las canciones, pegando golpes ensordecedores. Aunque todo sea dicho, había momentos en los que parecía excesivamente exhausto. Lógico. Mientras, el concierto seguía avanzando y desenterraban temas de discos como Su o Ulterior, anunciando el apocalipsis.

Quizá se echó en falta algo más de variedad, pues eligieron un tracklist en el que abundaban canciones muy parejas en sonido y tiempo. Aunque siempre se agradece que rescaten parte de su repertorio noventero y más ensordecedor. De todas formas lo de la variedad se le olvida a uno cuando escucha auténticos tortazos en la cara como el que representó Úsame, con ese cambio de ritmo tan brillante. Antes habían seguido mostrando Zona de Conflicto con Panorama nº5 o Tiempo De Exposición. Sorprendentemente, después de Úsame llegó un tema de un disco de esos que tocan poco, Val Del Omar (en honor al inventor granadino). Fue Yo, Día Y Orden. Acto seguido llegó el turno de sacarle brillo al single de este nuevo trabajo, Zona de Conflicto, la canción que da título al disco. Seguramente la mejor del álbum, aunque se echó de menos alguna diferente de las ideas que resaltan en el álbum, como Warsawa.

Y después de esto llegó el momento de explotar. Tocaron una de las nuevas, Supercuerda, pero sobre todo destacaron los clásicos como Nuevo Harlem, la genial Universal, 20 versiones y su gran hit; Satélite. Qué mejor momento para descansar y tomarse un respiro. Porque además el planetero Eric lo necesitaba. Fue entonces cuando se cumplieron las demandas de cierta parte del público, que no paraba de pedir Estratosfera. De regalo también cayó Esa Extraña Inercia. Con estos dos temas de Inercia finalizó la estruendosa dosis de rock, donde más de uno debió sudar de lo lindo.

Concierto potente aunque poco variado, pero sobradamente válido para desconectar y canalizar la energía en rock. La pena fue que no había mucho aforo. Y es peligroso, porque Camelot necesita subsistir a base de estos conciertos. Y si un grupo como Lagartija Nick no logra llenar... Aunque más bien será cosa de que es un grupo diferente, no tan acorde con las modas actuales y demasiado rockero poco indie para llenar en Elche. Pero qué más da, así estuvimos más anchos. Siempre es un placer compartir tiempo con Antonio Arias y los suyos.


viernes, 21 de octubre de 2011

Justice - Audio, Video, Disco: Repetitivo flashback a los 80

Millones de personas esperaban su segundo disco desde su aclamado debut en 2007, cuando partieron literalmente la pana con Cross. Lograron deslumbrar al mundo entero y sobresalir del french house de su país, algo complicado con la alta calidad de electrónica que hay en Francia. Lo consiguieron. Y algunas canciones y años después, ya podemos escuchar el esperadísimo segundo disco de Justice, este dúo al que muchos considera(mos)ron como los herederos de Daft Punk. Quizá esto se haya convertido en una losa para ellos. Se les achaca y se les seguirá achacando -y con razón- su excesivo parecido con Daft Punk. Claro que es difícil tener como referencia a los maestros galos y no intentar sentirse como ellos utilizando patrones que son su marca de la casa.

En Audio, Video, Disco sigue esa sombra alargada de los dos robots. Aunque esta vez no es la única, lo es también la de su debut. Desde luego, su debut es un auténtico discazo con varios pepinazos que muchos tardaremos en olvidar. Y no hablo de D.A.N.C.E., aunque este sea su particular One More Time. En él había mucho daftpunkeo pero también mucha distorsión de actitud rock, frenetismo y joyas como Valentine.
Ahora han intentado hacer algo nuevo, algo que no se les puede reprochar y más si hablamos del french house, un género más que desgastado que a veces resulta monótono. Gaspard Augé y Xavier de Rosnay han decidido inyectarse una alta dosis de rock de los 80. Lo que es original, pero cuando es la temática de todo el disco al final consigue que se resulte demasiado lineal si no se combina de una forma más dinámica. No se trata de criticarlo, pues la idea es buena y hay tres temas al menos que son auténticos hits; pero aunque hayan cambiado de bases y distorsiones, sabe a poco después de tanta espera. Aparece la sombra de Cross.

Al menos hay algo de esperanza porque los adelantos que se hicieron del disco no eran muy esperanzadores: Civilization o Audio, Video, Disco son canciones livianas que poco tienen que ver con la cara más feroz y cañera de anteriores temas. Sin embargo, con Helix, pero sobre todo con Canon, cambió la cosa. Ahí se pudo intuir que los temas 'gordos' se los habían guardado. En efecto, estos no eran los adelantos. Pero tampoco son grandes hits que vayamos a enmarcar en nuestra memoria. Hablamos de temas como el que abre, Horsepower, con ese ritmo machacador de toque ochentero que ha sido un giro que quizá no se esperaba. En Civilization, la siguiente, volvemos con un tema que no suena mal, pero que aunque también cuente con ese sonido 80's, sigue sonando al house francés tan trillado. Hay canciones que se podrían haber explotado más. Como Ohio, en la que nos encontramos al final con un ritmo más machacón que podría haberse adelantado antes para explotar más el tema.

Por momentos, el disco nos evoca a momentos 80 con música hecha para arengar a insignes de la década como Flash Gordon, mediante piezas como Brianvision, On'n'On o Parade. Sin embargo, la joya de la corona álbum es Canon. El auténtico hit solemne en el que el héroe sale victorioso de la batalla.
Ha sido una buena idea samplear y homenajear el rock de esta época, pero se echa en falta un poco de variedad en los samples. Son básicamente los mismos, pero combinados de diferentes formas.

A Justice, después del debut, les pedimos más. Después de este, precisamente el material más brillante que tienen es el que se acerca al rock de una forma más seria, que es el antecesor de este disco. Estamos hablando de Planisphere, que está formado de cuatro piezas: aquí la primera y aquí la última. Brutal.

Conclusión: un disco muy aceptable de los franceses, pero insuficiente; sabe a poco después del debut. Juzgando el disco por sí solo y no por el contexto, han intentado girar la temática con una buena idea; pero ha quedado demasiado exprimida al ser la única. También comentar que la sombra de Daft Punk es alargada y en esto de la electrónica francesa hay que buscar a otros artistas para no encontrar los vestigios de Bangalter y Homem-Christo. Aunque desde luego, si tienen que tener unos herederos, que sean ellos y no The Third Twin (en el caso de que no sean Daft). Ahora, a empezar a rifárselos para los festivales.











martes, 18 de octubre de 2011

Crónica Vinalopop 2011: Lluvia y palmeras

Después de meses de espera, rumores y ganas, se celebró el pasado fin de semana el Vinalopop tras la cancelación de Abril. Marcado por la lluvia y la mala organización, pero también por buenas actuaciones, hay muchas cosas que mejorar. Lo importante es que se consolide y siga adelante, hay que ir despacio y con buena letra. El lugar ya está, con un ambiente especial, situado en el corazón del Palmeral. Ahora falta una mejor previsión a la hora de la organización y previsión, que fue el punto débil del festival.

VIERNES

Napoleón Solo

Cuando se acercaba la hora de los platos fuertes de la noche empezó a llover cada vez más fuerte. Napoleón Solo tuvo que bajarse del escenario a mitad de actuación para no cargarse los instrumentos. Lucharon para continuar adelante con el concierto, pero al final era inviable. Total, que se bajaron antes de tiempo, aunque les dio tiempo de tocar algunos temas como Hola, Qué Tal?, la nueva Antes De Que Ocurriera o En El Fondo De Los Sueños. Apuntamos la cuenta pendiente con los granadinos.

Hola A Todo El Mundo

Cuando estábamos todos esperando a ver si ocurría algún milagro, como si de repente fuera a salir el sol por la noche; efectivamente no salio el sol. Pero sí Hola A Todo El Mundo, que salieron a tocar un acústico con sus instrumentos en medio del festival. Ni escenarios ni cosas refinadas. Algo espontáneo para que nos quedara algo de buen sabor de boca a los que estuvimos esperando. Todo un detalle. Fuimos unos pocos los que pudimos verles tocando a medio metro; formando un corrillo sobre ellos. Todos coreamos ese extraño e improvisado acústico en el que se despidieron con A Movement Between These Two. Nos fuimos entre sonrisas todos juntos, sabedores de que aunque no había ido bien la noche, al menos Hola A Todo El Mundo se portó. Una pena no haber podido disfrutar de un buen rato de folk.



SÁBADO

Al día siguiente, se permitió la entrada el sábado al recinto a todos aquéllos que tenían la pulsera del viernes. Un buen gesto teniendo en cuenta que el viernes día anterior se había suspendido el festival. No obstante, el sábado también había previsiones de que podía llover y no se hizo nada por cubrir de alguna forma el escenario. De hecho, empezó a llover. Aunque saltaron todas las alarmas, no fue más que un amago. Así que todos pudieron respirar un poco y disfrutar tranquilamente del festival de una vez. Entre actuación y actuación salían los ilicitanos The Twin Dj's para pinchar un rato. Entre los temas, algunos de Justice o Undertones.

The Casters


Los valencianos siguen dándose a conocer después de cambiar su nombre. Lo importante en realidad es que van mejorando su directo día a día, cada vez suenan más potentes y se puede discernir mejor entre el teclado y el resto de sus instrumentos. Hicieron bailar a gran parte del público asistente con su potente electropop. Una buena agitación para lo que se acercaba después. Para cerrar dejaron temas como su versiónd de Lead The Way de Carlos Jean y su hit George. Tras los Casters era el turno de uno de los platos fuertes del sábado;

Supersubmarina


Avisaron al principio del concierto que iban a tocar poco tiempo, debido a que por las pruebas de sonido, todos los conciertos se retrasaron y se vieron reducidos en tiempo. Abrieron con Kevin McCallister, de su ep Retroalimentación y continuaron por Niebla. Conscientes de que no disponían de mucho tiempo, fueron al grano tocando sus mejores temas. El primero que tardó poco en salir fue LN Granada. Aunque la gente coreaba, lo cierto es que Supersubmarina no sonaron tan potentes como otras veces, pero eso no impedía que los fans se emocionaran en temas como Centro de Atención o Cientocero. Entre medias, temas como Ola De Calor, donde hicieron gala de ese buen riff que no estaría mal escuchar en más canciones, y otros como XXI, tan de moda ahora con el 15-M. Aprovechando la fecha de la manifestación mundial del 15-O, se la dedicaron "a la gente que lo está pasando muy mal".
Continuando con los pesos pesados, los otros cabeza de cartel fueron los siguientes en aparecer:

Sidonie


Los catalanes vinieron a presentar su nuevo disco El Fluido García. Poco queda de aquél grupo catalán que se dedicaba más a la psicodelia. Desde hace unos años a esta parte, se han dedicado más al pop rock, lo que les ha ayudado a llegar a más público. Con mucha presencia y compórtandose como si fuesen los reyes del pollo frito, Sidonie fueron los que más hicieron quemar al público. Se notó que eran los cabezas de cartel. Empezaron por temas como La Sombra, Fascinado y prosiguieron con temas más añejos como Feelin Down. Prosiguieron con su actitud grandilocuente ante el público, conectando perfectamente con él, al tocar temas nuevos como El Bosque. Acabando ya su show, sonaron Un Día Más En La Vida (una pena que no estuviera presente Miri Ros) y su mejor canción -al menos de los últimos tiempos-, El Incendio.
Y después un poco de baile con

We Are Standard


Gran actuación la de los vascos We Are Standard. A pesar de que tuvieron que enfrentarse con un público que al principio se mostraba algo pasivo, Deu, que no paraba de bailar acabó contagiando al público. De hecho tuvo que animarles a que se vinieran arriba y en un par de temas el público acabó sucumbiendo. Sonaron temas como The Last Time y otros nuevos como The Good Ones o 7:45. Hicieron algún guiño al cambio de horarios del festival, que también les influyó para que tocaran menos tiempo, pero eso no impidió que agitaran el Vinalopop durante un tiempo. Una de las perlas que soltaron fue una versión del I'm Waiting For My Man de la Velvet Underground.
Y para cerrar el festival:

Los Pilotos

Turno de esperar a Florent y Banin, pero esta vez no con Los Planetas, sino con su proyecto Los Pilotos, que se han estrenado este año. Con diferencia, la propuesta más interesante y diferente del Vinalopop. Con una guitarra y otro en el Mac, demostraron su gusto por los sintetizadores y la electrónica de sonidos más etéreos. Como suele pasar con estos proyectos, montaron una pantalla con proyecciones conceptuales. Fue el verdadero disfrute de la noche; la versión más electrónica del Vinalopop que nos embaucó a muchos con esas largas piezas que iban añadiendo más matices a la melodía. En la introducción al concierto, nos dejaron escuchar los vocales robóticos del Das Boot de U96. Acto seguido, empezaron su directo tocando temas de su debut como Cero En Blanco o Caravana Por El Desierto De Atacama. La pena fue que debido a lo mal que iba de tiempo el festival, sólo pudieron tocar escasa media hora.


Y así finalizó el festival. Cuando todo el mundo esperaba que vinieran a pinchar Chris Geddes (Belle and Sebastian DJ Set) y Chris Geddes (Belle and Sebastian DJ Set), ocurrió lo que se veía venir. Se hicieron las 5 de la noche y llegaba la hora de cerrar. Al final no pincharon ninguno de los dos. Era de esperar viendo lo mal de tiempo que iba el festival.

En resumen, un festival que deja dos caras. La de la mala organización, con la falta de previsión de lluvia, no se repartieron horarios, se agotó la cerveza a media noche... Pero también es cierto que no hicimos cola prácticamente para nada. Ahora sólo queda esperar que tomen nota de los errores y mejoren el festival para el año que viene, porque el sitio es único; céntrico y situado en pleno Patrimonio de la Humanidad.

jueves, 13 de octubre de 2011

Orgullosos de España (2/2)

Seguimos defendiendo la música española de la invasión extranjera. Ayer ya tocamos la música de los 60 y 70 en nuestro país, pero obviamos un género muy importante durante aquella época. El folk, los cantautores, la canción protesta, la Nova Cançó... que se le llame como se quiera. Está todo estrechamente relacioando, aunque lo que más lo engloba es la Nova Cançó.

En los 60 y 70 no hace falta nombrar a leyendas musicales como Bob Dylan, Simon y Garfunkel, Leonard Cohen o Neil Young... como referencias obligatorias en la música folk contemporánea. Sí, y con letras comprometidas y descomunales. Hasta ahí todo correcto.
Pero en España la tesitura de aquellos años era bien diferente. Cantar en contra del régimen y denunciarlo era sólo para valientes. Algunos de ellos incluso tuvieron que irse al exilio en algún periodo del franquismo. Fueron una válvula de escape necesaria para muchos ciudadanos que aún creían en la libertad. Y además lo hacían en catalán, aunque fueran castellanos de pura cepa. Fruto de Els Setze Jutges, colectivo que surgió con ganas de reivindicar su cultura y criticar el franquismo, surgieron grandes voces. Destaquemos tres:

Raimon, que es valenciano y que no formó propiamente de ese grupo, pero que cantó a la libertad y ayudó a mantener libre el habla del catalán. Con el lanzamiento de su primer ep en el año 63, le llega el éxito y es cuando empiezan a fijarse en él los censores de la dictadura. Su primera canción es la más famosa que tiene, y un clásico total de la Nova Cançó: Al Vent. Hay grabaciones en las que al final corean su nombre y se escucha a la gente gritando "libertad". Pelos de punta.





Lluis Llach, otro insigne. Además de su sobrado compromiso con sus letras, se le considera una inspiración para otras generaciones, lo que se dice un tipo intelectual. Tuvo que exiliarse durante el franquismo en París, donde siguió componiendo. Cuando volvió, llegó a tocar en Bélgica, Alemania o Francia. Aunque tiene letras soberbias como Que Tinguem Sort, su clásico para la historia española siempre será L'Estaca.



Y por supuesto, Joan Manuel Serrat. El que menos ha cantado en catalán, pero sin embargo, seguramente sea el mejor letrista español hasta la fecha. También estuvo exiliado y en búsqueda y captura. Condenó el régimen desde Mexico. Para la historia, canciones como Cantares y una tal Mediterráneo. Por supuesto, también el más internacional. Llegó a ser reconocido en Nueva York. No corrió la misma suerte por ejemplo en Sudamérica, donde no pudo pasar por Chile gracias a Pinochet. Por no hablar de los numerosos homenajes que le han dedicado. En fin, un gigante.




LOS 80

Complicada y convulsa década la de los 80. Hay un buen número de frentes abiertos: en el panorama extranjero aún sigue habiendo grandes resquicios de las pintas horteras del glam rock, hay una línea underground de rock n roll, el rock alternativo a finales de la década, el post punk y el rock de estadio, que tiene como máximos exponentes a grupos como U2 o Dire Straits.

Obviamente, si queremos que España salga bien parada, no podemos compararnos con el rock alternativo o de estadio de aquellas épocas. Porque además, para horteras, ya teníamos aquí a La Movida. Pero surgieron grupos únicos gracias a la caída de la dictadura, despertó mucha creatividad que estuvo reprimida años antes. Centrándonos en el aspecto musical, tenemos los primeros tonteos con el post punk y electrónica de grupos tan respetables como Derribos Arias, los kraftwerkianos Aviador Dro, grupos de culto de post punk puro como los madrileños Décima Víctima o la actitud destructiva y punk de Parálisis Permanente.



En el mundo del pop, mientras ellos bailaban con Rick Astley, nosotros teníamos el sublime pop de Duncan Dhu. Y si nos ceñimos al rock, sí que podemos meternos con bastantes grupos que para ser rockeros (con pintas bastante horteras) se dedicaban a llorar porque su novia les había roto su corazoncito. Ejemplo, Bon Jovi, Aerosmith o Deff Lepard. Enfrente en nuestro país, ya fuera de una forma más o menos suave, había alguien que estaba hablando de una sociedad inmoral, de problemas de la calle, de la calaña política...

Barón Rojo. Desde su debut en el año 80, poco tardaron en triunfar. Grabando en estudios sagrados que había pisado Deep Purple, su éxito en Inglaterra fue irrefutable. En el año 82 tocaron junto a gente del calibre de Iron Maiden o Gary Moore. Mientras en EEUU escribían melosas cartas de amor, Barón Rojo le decía a la sociedad que resistiera y que no la hicieran callar.



Reincidentes, uno de los grandes grupos que ha dado Sevilla. Mientras La Movida iba perdiendo fuelle, empezaban a darse a conocer Reincidentes. Lo que es un grupo comprometido de tomo y lomo. En sus letras han tratado temas como el maltrato a la mujer, la situación de los trabajadores en Andalucía o el conflicto saharaui. Grupos necesarios para gente que no se conforma con letras vacuas. "No nos consideramos punks, ni rockers. Nosotros hacemos rock’n’roll y punto".




El incombustible Rosendo Mercado, uno de los personajes míticos del rock español. Tanto por su trayectoria con Leño y Ñu como por su camino en solitario, siempre ha sido uno de los rockeros más respetados de nuestro país, tratando los temas de la calle, más cercanos a la gente de barrios obreros como el suyo, Carabanchel. Sus riffs pegadizos y su forma desgañitada de cantar hacen a uno sentirse orgulloso de no tener por aquí a melenas rubias ni caras guapas como el de Bon Jovi. Nosotros preferimos a los tipos auténticos. Rosendo es tan auténtico que un día iban a atracarle por la espalda en un cajero y cuando se giró, el chorizo dijo "Hostia, Rosendo" y se fue. Eso es ganarse el respeto.



Y si en España ha habido a lo largo de la historia del rock un grupo del que sentirse orgulloso y que ha sido el rey del pollo frito, en Europa y también en conciertos por América, esos no son otros que Héroes del Silencio. Un combo inigualable con Bunbury al frente, una de las voces más poderosas de nuestro rock que se recuerda. Los zaragozanos sí que podrían ser un grupo comparable, o al menos y salvando las distancias, equivalente al rock de estadio de los 80. Con sus líricas letras y su rock potente y solemne, Héroes del Silencio se han convertido en el paso de los años con uno de los grupos clásicos atemporales de nuestro país. Bastó comprobarlo con su gira reunión de hace unos años.



Aquí finaliza el repaso a la música que ha acontecido en España a lo largo de tres décadasm, de una forma 'breve'. No vale decir más aquello de "es que la música española es una mierda". En efecto, los productos son una mierda. Igual que lo son en Inglaterra, Portugal o Qualalumpur. En cuanto a música auténtica se refiere, hay para estar un rato orgulloso. Creo que no hace falta hablar de los 90 en adelante porque ya es una época que doy por conocida para los lectores de este blog. También la anterior, aunque era necesario investigar un poco y tocar géneros quizá menos digeribles para el oído.

Es obvio que no hemos tenido un Nirvana, unos Muse o unos Manic Street Preachers, ni unos Chemical Brothers o unos Explosions In The Sky. Pero tenemos otro puñado de grupos de los que sentirse orgullosos, no sólo de los 90, donde tenemos clásicos tan respetables como Lagartija Nick, Sexy Sadie o Dover, sino en la actualidad.
Muchas veces la gente flipa con Arctic Monkeys, Kooks, Franz Ferdniand o Kaiser Chiefs. Y está en su derecho, pero no desmerezcamos la música patria. Ahora mismo tenemos auténticos grupazos, tan complejos como Nudozurdo, hedonistas como El Columpio Asesino y aglutinadores como Vetusta Morla. Y algunos noventeros que aún están vivos.




En cuanto a electrónica, en los últimos años hemos ido avanzando a pasos agigantados. Ahí están Delorean, El Guincho, The Suicide Of Western Culture o Henry Saiz, entre otros.

A partir de ahora, cada vez que se escuche aquello de "la música española es una mierda":

MAMPORRO EN LA CARA.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Orgullosos de España (1/2)

Hoy es 12 de Octubre, día en el que uno desayuna viendo las Fuerzas Armadas y escucha consignas patriotas. Todo apunta a que es el Día de la Hispanidad. En efecto. Y ya que todo el mundo aprovecha para criticar el gasto armamentísitico, para despertar el sentimiento español y enzanzarse en muchos otros temas políticos, que lejos de unir, dividen, qué mejor momento para apelar a la unión con una de esas pocas cosas que lo consiguen. No, no es la Selección Española. Habéis acertado. La música.

Es un complejo que ha acompañado toda la vida a la sociedad española: alabar la música extranjera y denigrar la nacional. Muchas veces estas acusaciones se hacen desde el desconocimiento profundo de lo que se ha hecho en nuestro país. Obviamente, sí es criticable si hablamos de productos rancios como Camela, derivados de OT y cualquier otra cinta que se pueda encontrar en un bar de carretera.
El principal objetivo de esta entrada no es demostrar que la música española en general haya sido mejor que la extranjera -aunque sí lo sea en algunos casos-, sino probar que siempre se estuvo a la vanguardia o como mínimo siguiendo los mismos pasos que encabezaban los anglosajones. Que fueran los productos comerciales o menos elaborados los que triunfaran antes que los de calidad, ya es otro tema. No se trata de comparar a grupos españoles clásicos con grupos legendarios de la historia de la música, pero eso no significa que esos patrones no se dieran aquí.

LOS 60

A principios de los años 60 tenemos la invasión de los grupos británicos como The Animals, The Kinks, por supuesto los Beatles y otros americanos del mismo corte como los Monkees. Empezaron a empuñar las guitarras eléctricas para darle forma a las raíces del blues negro. Y aunque pueda parecer algo desorbitado, en España había grupos a la altura de ellos. Podrán gustar más o menos, pero lo que es innegable es que aquél pop también había llegado a España. A pesar del toque ye-ye y esa forma de cantar como si fuera un grupo angelical, había grupos realmente buenos. Por ejemplo tenemos a:

Los Módulos, grupo de exquisitas canciones pop como Sólo Tú, No Quiero Pensar En Ese Amor o Cerca De Las Cinco. También tenían pinceladas de música progresiva a la hora de entonar sus temas, como Tú Ya No Estás o Adiós Al Ayer. Además se atrevían a hacer versiones de grandes de la época como los Beatles (Yesterday) o Simon y Garfunkel (Sounds of Silence).



Los Pekenikes, banda de Madrid que empezó en el 59, antes que grandes referencias mundiales y que es simplemente sublime. Tenían temas vocales e instrumentales, pero eran estos últimos los que más brillaban. No hay más que escuchar joyas como Hilo de Seda, Cerce De Las Estrellas o Frente A Palacio. Punto y aparte son sus versiones, donde destaca su devoción por The Shadows. Tienen grandes covers como Apache, Riders In The Sky o FBI. Pero la que más brilla es la que hicieron del clasicazo de Gerson Kingsley, Popcorn. Ah, también telonearon a los Beatles.



Los Brincos, el típico del que muchos se mofan porque lo escucha su madre. Error! En la época eran conocidos como los Beatles españoles. Pudiendo considerarlo como un supergrupo (Estudiantes+Pekenikes), los Brincos tienen temas clásicos en la historia contemporánea del pop español. Muestran su versatilidad tanto en temas más rock como Flamenco y Contrabando, como en los que hacen honor a su apodo beatlesco con temas como Apolo, Nadie Te Quiere Ya o Mejor. Y luego tienen perlas como Borracho.



Pero si hay algunos que merecen un respeto especial, por su calidad como por su éxito internacional, esos no son otros que los Bravos. Capitaneados por el alemán Michael Volker Kogel, el cantante, lograron entrar en el mercado anglosajón con Black Is Black (número 2 en Inglaterra y 4 en EEUU. Ojo, 4). Pocos grupos procedentes de un país no inglés y cantando en inglés, han tenido un éxito tan importante como ellos. Temas con tanto poderío como Bring A Little Lovin, Trapped o Stop That Girl hacen pensar que realmente podrían pasar por un grupo de Gran Bretaña.



Muchos otros grupazos campaban en aquella década como Los Pasos, Los Ángeles y los fabulosos Los Íberos, los auténticos Beatles españoles.


LOS 70

Entrando en la década hippie, muchos de ellos venían a España y concretamente a Andalucía. Entre ellos y los americanos que estaban en las bases militares como la de Cádiz, trajeron su música avanzada. Así es como se extendió el rock progresivo en nuestro país, mediante comunas de hippies y bases militares. El rock progresivo español propiamente de los 70, es uno de los géneros para los que mucha gente ha pasado desapercibido. Su punto fuerte estuvo en Andalucía y Cataluña. En esta época de experimentación surgieron grupos interesantísimos:

Smash fue uno de los pioneros del movimiento. Nació en Sevilla. También dándole a los vocales en inglés, fueron unos de los primeros en experimentar con la música progresiva y psicodélica. Tienen clásicos como El Garrotin y perlas tan setenteras como Soneto y Scouting. Y sí, es música española. Una muestra de lo que se fraguaba gracias a esos jippies tan mal vistos.



En Cataluña tenemos el ejemplo de Iceberg, uno de los pioneros en su comunidad. Si Smash tenía alguna raíz flamenca, Iceberg experimentó con el jazz, pero siempre manteniendo la base de rock progresivo. Además, muchas de sus canciones recogían un aroma mediterráneo como en La d'en Kitflus o Manifest de la Follia. En lo estrictamente progresivo, Iceberg son los que mejor representan este sonido en España.



En Madrid en cambio teníamos a Los Relámapagos, que más que progresivos representaban un inicio a este género, tocando rock instrumental con pinceladas psicodélicas. Tienen canciones que siempre daban ese toque caluroso como en Nocturno, Nit de Llampecs o Danza del Fuego. Como ese preludio a lo progresivo tienen manifiestos como Khartum, Alarma o Concierto de Aranjuez. Por momentos parecen Mike Oldfield.



Y para acabar con esta década, cerramos con el grupo que supo dar con el equilibrio perfecto entre flamenco y rock. Por si fuera poco, ese toque de flamenco le hace único en el mundo; denominación de origen única. Puede que en rock progresivo y sinfónico estuvieran avanzados en los países anglosajones, pero nadie tenía un grupo tan mestizo como Triana.
Esa fusión en la forma flamenca y sentida de cantar de Jesús de la Rosa sumado a la guitarra y los punteos de Eduardo Rodríguez les hace un grupo imprescindible en el rock patrio.
Desde obras maestras como Abre la Puerta hasta Quiero Contarte, pasando por ineludibles como Sr. Troncoso, Desnuda La Mañana o Tu Frialdad, Triana desprende ese toque andaluz que hace sentir orgullosos a los habitantes de tan célebre barrio. Desde luego, un grupo irrepetible.



Para los más incrédulos, también rondaba y con no poco éxito, Camilo Sesto y Teddy Bautista representando Jesucristo Super Star. Para quedarse ojiplático.

Mañana la segunda parte comparando la música española con la extranjera. Con lo que hemos repasado hoy y salvando las distancias con grupos legendarios, queda claro que España siempre estuvo ahí, musicalmente hablando.

domingo, 9 de octubre de 2011

Veronica Falls, mereció la pena la espera

Hace dos años, en 2009, se dieron a conocer Veronica Falls con ese pedazo de hit como es Found Love In A Graveyard. Desde entonces, más o menos hemos logrado subsistir y administrar la dosis con algunos eps que lanzaban. Pero ha sido este año el de la cristalización, su debut en largo, de homónimo título: Veronica Falls.
Meses atrás, cuando anunciaron que ya faltaba poco para el estreno en largo, volvimos a acordarnos de ellos. Y es que aunque han ido administrando algo nuestras ganas con temas sueltos (el último, Come On Over), estos cuatro londinenses no hacían más que dejarnos los dientes largos. Y al fin hemos podido escuchar el disco, y podemos decir, sin contemplaciones, que la espera ha merecido la pena. Un muy buen disco. Desde ya, aspirante a uno de los mejores discos del año al menos, y por supuesto entre los cinco mejores debuts.

Veronica Falls sigue la estela de otros grupos como Dum Dum Girls o Vivian Girls, esos que están clasificados bajo esa paradójica etiqueta que es el punk pop. Auque ellos están a medio camino entre punk pop y un poprock más independiente, no casan con nadie. A pesar de que por música da la impresión de que están en el mismo saco, tienen una personalidad bastante propia. Encima de sus cabezas flota un ambiente que sabe a décadas pasadas; desde una época nostálgica de estética sesentera, a algunos atisbos de patrones noventeros. Esto queda de relieve a lo largo del disco, que apenas tiene altibajos. Quizá los dos picos sean el principio, con Found Love In a Graveyard y el final, con Come On Over.

Lo que queda en medio es una capa externa de punk pop con raíces alternativas en los ritmos y las atmósferas creadas, como en Right Side Of My Brain, donde las guitarras rasgadas anuncian tempesta para acabar en un colorido estribillo. Esa bipolaridad funciona realmente bien, al igual que los dobles vocales confeccionados por duetos chico-chica, como sucede en The Fountain, Misery o Wedding Day.
Esas caricias pop delicadas que surgen en estribillos como el de Bad Feeling se ven reforzadas por los rasgados acelerados, que son marca de la casa. Entre medias de estas canciones se encuentran algunas de esas partes que evocan a tiempos pasados. Por ejemplo, podemos intuir a unos Pixies del Doolitle detrás de Stephen, o a los del Surfer Rosa detrás de The Box. Por el contrario, con Beachy Head, encontramos sus arrebatos más noise tipo Times New Viking. Todas estas sinergias de otros grupos que recogen Veronica Falls, sumado a sus duetos y sus ráfagas de guitarra, configuran su personalidad. Podemos ejemplificar todas estas cualidades en el cierre del álbum, con Come On Over.

Veronica Falls, un gran debut. Para amigos del pop nostálgico, el noise suave y el buen gusto en general. Incluso su portada mola un porrón. Savia nueva y fresca.




jueves, 6 de octubre de 2011

I Break Horses - Hearts, dream pop anestésico

Hace escaso más de un mes bajó a nuestras costas uno de esos regalos sonoros que vienen de vez en cuando del norte. Concretamente de Suecia. Se trata del dúo I Break Horses, que dieron bastante que hablar en el momento en que salieron pero parece que se ha difuminado últimamente, algo parecido que ocurre en su debut, Hearts.

La idea del disco es muy buena, música etérea con alguna pincelada de dream pop. Muy indicada para dejar rienda suelta a la mente y evocar a cosas profundas. Practican un pop escurridizo y volátil que se escapa entre sus tonos pequeñas distorsiones y sus golpes digitales de teclado. El principal problema de este debut es que empieza muy fuerte, te vas fijando en él, pero antes de que te des cuenta ya se ha acabado. Es tan delicado y tranquilo que ni siquiera te das cuenta de que el disco está pasando. A no ser que estés estrictamente escuchándolo, si haces otra tarea acaba pasando desapercibido. Se debe a su escasa intensidad, algo que se echa en falta. Mantiene una línea bastante regular en cuando al patrón que sigue su música, pero si quizás hubieran hecho otro orden con los temas el resultado hubiera sido diferente.

En cualquier caso, es un buen debut, en el que la electrónica otra vez más nos deleita con pequeñas agujas digitales y ambientes que anestesian el ambiente. Como comentaba por arriba, el álbum abre con Winter Beats, una excelente carta de presentación, en la que parecen unos Postal Service más etéreos. Continúa el buen sabor con los amagos drone de Hearts, uno de los hits del disco y con Wired, donde el sonido se va degradando poco a poco. A partir de aquí es donde empieza la anestesia local, con peligro de acabar en general. I Kill Love, Baby! y Pulse son dos temillas a los que les falta empuje, intensidad, una atmósfera más acaparadora que te rodee.
Hearts consigue retomar un poco el vuelo con Cancer, para acabar decentemente con Empty Bottles, otra melodía colorida más que pasa inadvertida y sobre todo No Way Outro, una muestra de lo que le falta a este debut. No Way Outro tiene esa subida final (que por otra parte, podría haber sido mejor) con más energía que podría haberle dado más énfasis a este disco. Acaba con esa parte vocal que parece un ente divino, escudada de una batería y un teclado que lo convierten en un fragmento especialmente armónico.

En resumidas cuentas, es un buen debut, pero aún hay algunas aristas que mejorar. Podrían ganar muchos enteros creando una atmósfera más envolvente y titánica. A pesar de que sea dream pop anestésico. Luego si ya les apetece hacer ruido y morder, tampoco vendría mal más distorsión, pero eso ya se lo dejamos a su elección.

I Break Horses- Hearts by Bella Union



martes, 4 de octubre de 2011

El Columpio Asesino @Club Camelot Elche, hedonismo de calidad

Hay conciertos a los que uno va por cumplir, otros a los que uno va con algo de escepticismo. Y hay otros a los que uno va y sabe que va a disfrutar. Esta última sensación es la que ocurre cuando uno va a conciertos como los de El Columpio Asesino, que tocaron el pasado sábado en Club Camelot Elche.

A pesar de que llenaron la sala, como era de esperar, aún había algún rezagado que no los había escuchado. Difícil de creer después de cuatro discos, una sobrada reputación a nivel nacional y un directo arrollador. También es cierto que quizá los que no están enterados son gente que no está muy metida en el mundillo, pero hablando con ellos después del concierto, confirmaron que fliparon. No es para menos, aunque suene a tópico -al menos este tópico es irrefutable-, El Columpio tiene uno de los mejores directos españoles. Y lo volvieron a demostrar en Camelot.

Contra todo pronóstico empezaron con pura dinamita; más bien con las que que todos esperábamos para el final. Pero se agradece que de vez en cuando se altere el orden.
Abrieron con la infalible Floto, una de sus canciones emblema, donde crearon ese ambiente de surrealismo que consiguen con sus letras y su música. Y claro, cuando uno empieza con Floto tiene que continuar con algo gordo para que no se note el cambio. Muy bien, sin problema: Ye Ye Yee con su ritmo vertiginoso.
La verdad que prácticamente no se dejaron ningún pez gordo por tocar, por lo que el concierto fue muy regular; fueron al grano. Hubo algunos problemas con el sonido de la sala; no se escuchaba muy nítido pero se escuchaba con potencia. Puede que en el momento era lo que todo el mundo quería. Así, se disfrutaba más de ese principio demoledor (aplicable durante todo el concierto) en el que también calleron los arrebatos Pixies como Your Man Is Dead o una de esas canciones capitaneadas por un brillante teclado: Un Arpón de Grillos.

Durante el transcurso del concierto hubo momentos de auge, como es lógico, cuando sonaban los clásicos como La Marca En Nuestra Frente Es La De Caín o los pepinazos del Diamantes, como Perlas o Corazón Anguloso. El tiempo pasaba y mientras que la gente coreaba aumentaban proporcionalmente las ganas de disfrutar de la adrenalina de Toro o Vamos. Antes del bis llegó el momento del "maraca loca piano ardiente", acompañado de esos guitarrazos que hacen de Toro uno de los temas del año. Baile y desenfreno. El momento justo para el bis. Después de este llegó ya el acabose con la intensidad en crescendo de la sublime Cisne de Cristal; una auténtica joya. Y para cerrar, adivinad. Pues lo que viene siendo habitual en sus conciertos, que aunque no es una sorpresa, es como deben acabar, con Vamos y la sensación de haber visto a unos Pixies de esta época, con teclados, trompetas y otros arreglos que enriquecen su
rock. Una de esas noches redondas.






sábado, 1 de octubre de 2011

Kasabian - Velociraptor!, Como dinosaurios

Al igual que en muchos ámbitos de la vida, en la música también medimos con doble rasero. En muchas ocasiones cuando un grupo no nos gusta lo desacreditamos diciendo que siempre hacen lo mismo. Cuando nos gusta en cambio no nos quejamos. No somos justos ateniéndonos al grado de elaboración del artista. Crucificaríamos a muchos grupos que nos gustan. Pero esto es necesario? Pues no, hasta luego prejuicios, etiquetas y absurdas exigencias. Es lo que pasa con el nuevo disco de Kasabian. Excepto leves matices, siguen igual que siempre. Pero eso no nos importa, siempre y cuando sigan conservando con tan buena salud su discografía.
Aunque Kasabian tenga sus raíces en el britpop de los Stone Roses y demás contemporáneos, puede ser el eslabón perdido que queda de las bandas de estadio de antaño, diezmadas en la actualidad con representantes como Muse, Metallica o ¿Foo Fighters?

Ya avisaron hace unos meses, cuando dijeron que iban a publicar un nuevo disco, que estaría fuertemente influenciado por el Ok Computer de Radiohead. Obviamente, recuerda poco a esa obra magna. Donde sí se podría notar ese toque es en la experimentación con la electrónica, algo con lo que en realidad ya llevan tiempo jugando. Esta vez la han mejorado, orientándola a otros sonidos antes no explorados, aunque no sean muy complejos.
Se nos hizo la boca agua hace unas semanas cuando oíamos el primer adelanto de Velociraptor!, Switchblade Smiles. Un señor pepinazo en toda regla: furioso, apocalíptico y con gancho. Con temas como este es cuando se pueden, en cierto grado, tolerar los delirios de grandeza de Tom Meighan y Serge Pizzorno: "Los velociraptors eran pequeños, pero eran los únicos que se atrevían a desafiar al gran Tyrannosaurus Rex".

En fin, velociraptores, personas, subiditos o no, lo cierto es que han vuelto a darnos la dosis Kasabian necesaria. En este trabajo aglutinan los tres discos anteriores y exploran nuevas cotas sonoras en temas como Acid Turkish Bath, una canción para tomar té en una palacio árabe o en I Hear Voices, una suave melodía electrónica hecha con maquinitas. Por supuesto, no faltan los hits a los que nos acostumbran en sus discos, esos que les configuran como banda de estado e infalible en directo. La propia Switchblade Smiles y Days Are Forgotten, con el sonido más kasabianesco y unos arreglos vocales fenomenales. También encontramos temas más tradicionales, a base de guitarrazo y alguna que otra puntilla electrónica, como en Velociraptor! o Re-Wired.
Cuando comentamos que abrazan sus discos anteriores, lo demuestran con lo variado de este trabajo. Se han acordado también de sus momentos más psicodélicos y sesenteros en piezas como Neon Noon o Goodbye Kiss. Una vez más, con unos coros y estribillos hechos para enganchar, aunque recuerden a Ian Brown.

Kasabian, de nuevo, demuestran su calidad y vuelven a demostrar que actualmente está entre las cinco bandas británicas -al menos- de estos tiempos.