sábado, 28 de abril de 2012

Actress - R.I.P, un retorno glorioso

Puede que si decimos Darren Cunningham a muchos suene a chino, igual que su música. Si quizá decimos Actress muchos ya respondan. En cambio, si ni siquiera por esas recibimos respuesta y somos amigos de la electrónica, la innovación y las posibilidades inabarcables que esta ofrece, tenemos un problema. 
Actress ya lleva tres álbumes en cinco años, suficiente tiempo y material como para que haya dado mucho que hablar. Y más que lo hará. A pesar de que el británico y capo de Werk Discs aún no es un nombre mundialmente conocido, lleva removiendo las tierras electrónicas y sus patrones desde su debut. Con su tercer largo, R.I.P, se ha sacado de la chistera una verdadera joya contemporánea. La música sigue avanzando gracias a artistas como él.

Después de dos discos en los que ha jugado al techno oscuro y claustrofóbico, ha redomado el dubstep, se ha servido de artefactos analógicos y ha llevado a cabo ambientes industriales, en esta nueva andanza ha configurado un trabajo más asimétrico, puede que incluso con demasiada variedad, dependiendo de los gustos. Lo cual no quita que sea un hacha en cada una de esas vueltas de tuerca que da en R.I.P, que mucho más que descansar en paz, demuestra que está en plena ebullición compositiva. Sigue estando hospedado en canciones arrítmicas y carentes de patrones más estándar, pero esta vez, a diferencia de Splazsh, ha logrado crear un vínculo con el oyente que antes no existía. A lo largo de estos quince cortes, aparte de las esperadas distorsiones y sonidos deconstruidos, encontramos piezas más profundas con ambientes cargados de una mayor emocionalidad. 

Ojalá haya mucho que esperar para decirle "RIP"
Me atrevería a decir que estamos ante el mejor trabajo de Actress, no sólo ha superado la fase de experimentación y sonidos poco habituales, sino que ahora los ha complementado junto con otras fórmulas, llegando a ese pico de emoción que es tan difícil de alcanzar con la electrónica experimental. Es un álbum más vivo que sus predecesores. R.I.P, el preludio ambiental que inicia el disco, avisa de que estamos ante un trabajo más emocional que cerebral, sensación que continúa con Ascending y su atmósfera encantada. 
Encontramos la rama experimental a la que Cunningham nos tenía acostumbrados en cortes como el efímero Holy Water, el inquietante y opresivo Tree Of Knowledge o Uriel's Black Harp con su belleza disonante.


Por supuesto no falta el techno de martillo y cincel, típico de anteriores lanzamientos. Ahí está la fantasmagórica Marble Plexus, N.E.W., o el estruendo ruidoso y machacador de Shadow From Tartarus. Pero lo  que yo quiero ensalzar de R.I.P. es la segunda mitad del disco, que es lo que más me ha sorprendido. Partiendo de la discografía del inglés, esperábamos algo distinto a lo actual. 

 


Hasta ahí bien, pero sorprende porque al menos yo no eperaba esta parte tan sensible que ha mostrado, como si se hubiera fundido con sus sentimientos más personales para lograr unas composiciones perfectas. Es aquí donde entran la insuitada y minimalista belleza de Jardin, la combinación armónica y rica en matices de Serpent, los pulsos sordos de Raven, acompañados por un piano en segunda línea que amansan a cualquiera, o IWAAD, que parece la banda sonora de un idílico amanecer.





Hacia el final del disco nos topamos con dos de los mejores temas de este tercer hijo de Darren Cunningham. Por una parte está Caves Of Paradise, que como certeramente describe el título, nos lleva a un paraje paradisíaco, gobernado por ambiente dubstep y latigazos de excelsa calidad. Justo después viene The Lord's Graffiti, una oda al techno y la electrónica añeja, a caballo entre el Metropolis Present Day? Thee Album! de Felix Da Housecat y el Homework de Daft Punk. Además, añadiendo un plus rítmico del que Actress no solía hacer gala.



R.I.P es uno de esos discos muy buenos que no sabes si catalogar de obra maestra o no, porque eso en parte es algo que se valorará en el tiempo, viendo cómo se desarrolla en el género. Lo que al menos a mí me queda claro, es que es un disco casi perfecto, que aunque careza de una idea global, esa es precisamente su baza, que no sabes por dónde te va a salir el productor inglés. Una vez lo escuchas, al menos la mitad de las canciones quedarán grabadas en tu cabeza para un largo tiempo. Si es un punto de inflexión, al menos sí para el inglés. Las altas cotas compositivas, en las que maneja a su antojo sus raíces junto con altas cotas emocionales, hacen de R.I.P simplemente un trabajo excelso. Lamento que los que no pertenecen a la parroquia electrónica se queden sin apreciar este tipo de joyas.



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