miércoles, 6 de agosto de 2014

Aspesuena 2014: el crecimiento internacional, victorias místicas y Valeri Karpin



Y llegó el fin de semana esperado, ese en el que el Aspesuena tenía que demostrar por qué el trabajo bien hecho obtiene recompensa. Si bien acudió bastante gente, aunque probablemente menos de la esperada (el sábado algo más de gente que el viernes), lo principal eran los directos que desde la organización se habían preparado. Y en ese aspecto, hay que felicitar al festival, guste o no las propuestas que nos traen al directo. Alguna queja por los precios de la bebida y con el momento del horario, pero por el resto, todo bien. Acabando sobre las 6 de la mañana, para que dé tiempo a disfrutarlo todo, aunque eso sí, si para la próxima hay un servicio de transporte desde las diferentes ciudades, fetén, pues los días previos no poca gente lo pidió por facebook. Pero eso ya son cosas que se irán teniendo en cuenta para el futuro, imagino.


Viernes

Aunque Stringfellow y los suyos venían con ganas, lo cierto es que se nota el paso del tiempo y que los temas ya no suenan tan frescos como antaño. Además, tocaron 'Please Return It', uno de sus clásicos, la cuarta, en vez de dejarla para el final (cosas de haber elegido tocar entero Amazing Disgrace). No acababan de sonar con toda la energía que hubiéramos esperado. De nuevo, la edad, o que su power pop monotemático no acaba de funcionar en directo. De cara al final cuando parecía que se iban a ir, pero no, se quedaban para otro bis, algo que al final acaba cansando y puede deseseperar si no te gusta, y a la inversa, claro. Pero en resumen, decepción con The Posies en un directo en el que se les veía que tenían ganas y estaban motivados, pero no dieron para más. Para el final se dejaron 'The Glitter Prize', no sin antes amagar con irse y tocar otra (bises que cansan). Dieron un poco la chapa al final con tanto amago. Se lo pasaron bien en el escenario e intentaron transmitírselo al público, que unas veces era incapaz de seguirles en las letras (quizá más curioso que fan del grupo entre el público) y otras se venía arriba con algunos de sus hits. No fueron lo mejor del festival, aunque sí el grupo más grande. A pesar de no estar a la altura, se notaba el poso de sus canciones y su procedencia de Seattle.

Acto seguido, después del correspondiente dj vino el turno para Joe Crepúsculo y su synth pop maquinero para levantar al resto, tanto a los que se habían quedado clavados con The Posies como a los que lo habían disfrutado. También se notó la disminución de gente, ya que los de Seattle eran los claros cabezas de cartel del viernes, pero a base de teclados y fábricas de baile, meneó al personal. Y ya nos retiramos, pues había que reponer fuerzas para la jornada siguiente. Una retirada a tiempo es una victoria.

Sábado

A pesar de que el nombre internacional fue el día anterior, el sábado tocaba disfrutar de los grupos más en forma de la escena nacional, y empezamos con Triángulo de Amor Bizarro y sus pepinazos. Aún hoy mucha gente les tacha de demasiado ruidistas (al fin y al cabo de eso trata el noise) en directo. Si bien es cierto que si se pasan se puede convertir en una bola de ruido en la que no se distinguen los vocales de los guitarrazos (y si no que se lo digan a My Bloody Valentine), las últimas veces que les he visto han sabido separar ambas partes. Y en Aspe no fue menos. Repasando su Victoria Mística y temas ya clásicos como 'De La Monarquía A La Criptocracia', 'El Fantasma de la Transición' o las hostias finas del último disco, como 'Lo Hispano Marcha-La Banca Paga'. Y así es como se desfondaron una vez más, desnucándonos a los que estábamos en primeras filas.

¡Sonríe, hostia!
Tiempo después para recargar líquido diverso, para asistir posteriormente a Delafé Y Las Flores Azules, que quizá por su tipo de música debían haber sido los que primero hubieran tocado, para ir de menos a más, pero bueno, ya que es gratis y se lo han currado tanto, tampoco nos vamos a poner tiquismiquis. Además, a pesar de los prejuicios con ellos, es muy difícil no conectar con ellos en directo por las buenas vibraciones que transmiten, con esa mezcla entre letras cristianas, hip hop y un synth pop que sonaba contundente gracias a la potencia del teclado. Y sí, nos lo pasamos bien, Delafé y Las Flores Azules son gente de bien. Destruya sus prejuicios.

Gran ejemplo de juventud
Para finalizar, el último plato fuerte eran los murcianos Perro, la alegría de más-allá-de-la-huerta, que tuvieron la oportunidad de reivindicarse, ya con un debut en largo, Tiene Bacalao, Tiene Melodía, ya que hace dos ediciones tocaron en el primer Aspesuena. Seguramente lo recordarán, apenas había gente y algunos estábamos al otro lado de la valla, animándoles y disfrutando de por entonces sus maquetas y epés. Pero ahora ya han conquistado el país, tocando en muchos sitios y festivales, exhibiendo sus dos baterías, su gran ejemplo de juventud, su teclado loco que pega chirridos pegadizos y ese gran coro al que es difícil resistirse: George (Finidi) ¡George!, Jimmy Floyd Hasselbaink... ¡VALERI KAAARPIIN! Y con esas buenas sensaciones, de fiesta, de historias jóvenes y desenfadadas y actitud en directo, es como finalizó esta nueva edición de un festival que está en continuo crecimiento. Ya lo quisiéramos las ciudades de alrededor. Habrá que ponerse manos a la obra para organizar algo similar.

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